Ya
había pasado casi dos días desde la discusión y Carmine y Eli no
había cruzado ni una palabra. Eli estaba tan enfadada que no quería
ni hablar con Diego, quien, junto a Leonardo, intentaban hablar con
ella, pero ella se mantenía encerrada en su cuarto.
Eli
estaba acostada en su cama sin hacer nada, simplemente no tenía
animo de ver a nadie. En eso escucha como alguien abre la puerta.
-Lárgate,
Diego.- dijo enfadada.
-Así
tratas a tu viejo abuelo?- preguntó una voz algo gastada, pero
cálida.
-Abuelo?-
dijo Eli levantandose de la cama y corriendo a la puerta para abrazar
a su abuelo.- Cuidado, mi niña, que me puedo quebrar en cualquier
momento.- dijo burlón.
El
hombre tenía unos 70 años, pero tenía un aire de niño que lo
hacían ver más joven. Su cabello que en la juventud era castaño,
ahora estaba totalmente de color blanco. Diego y Eli había heredado
de él los ojos calipsos. El hombre tenía muchas arrugas alrededor
de los ojos debido a que se ríe mucho y un poblado bigote yacía
bajo su nariz. El hombre se separó un poco de su nieta y tomó su
rostro entre sus dos manos.
-
Por que no hablamos un poco?- Eli asintió y ambos se fueron a sentar
a la cama.
Eli
pasó casi una hora hablando de Raimon y de Inazuma Japon, de sus
amigos, pero se mostraba algo evasiva con el tema de Paolo y Jude. El
anciano Demetrio solo la escuchaba atentamente.
-Tu
abuela ha hecho un gran mal al separarte de tus amigos.- dijo. Eli lo
miró sorprendida. Era la primera persona que se lo decía, aunque
fuera lo obvio.- Se nota que has madurado en el tiempo que has estado
allá y definitivamente has sacado más carácter. Veo que estás más
fuerte y me refiero a lo espiritual. Y también...
-También
qué, abuelo?- preguntó Eli curiosa.
-También
veo cierto brillo en tus ojos que antes no había, será amor de
casualidad, mi niña?- preguntó con una sonrisa. Eli no pudo evitar
sonrojarse y desvió la mirada avergonzada.- El amor no es algo de lo
que debas avergonzarte, es la experiencia más hermosa de la vida, si
me pides mi opinión. Y bien? Quién es el afortunado que le ha
robado el corazón a mi nieta?- preguntó con una sonrisa. Eli no
respondió.- Vamos, no hay nada que a este viejo fósil no le puedas
contar.
-S-su
nombre es Jude Sharp.- dijo tímidamente la chica.
-Conque
Jude, eh? Nakata tenía razón en que era él el indicado para ti.-
dijo con una mano en la barbilla. Eli lo miró sorprendida, Nakata
había dicho que Jude era el indicado para ella?- Bueno, la cosa es
que ese joven tiene mucha suerte. Y él a correspondido a tus
sentimientos?
-Pues
sí.- dijo sonrojada al recordar el beso en el aeropuerto frente a
todos su amigos y miró discretamente su mano derecha, donde colgaba
el brazalete que Jude le había regalado.
-Es
un lindo regalo.- dijo Demetrio mirando el brazalete. Qué a ese
viejo no se le escapaba ni una?- Y dime, tú ya le has dado el
brazalete de amor?
-Pues
sí... pero dudo que sepa de que se tratara, le dije que era un
amuleto para la suerte.- respondió Eli.
-Yo
creo que si lo sabe.- opinó el anciano. Luego suspira para ponerse
de pie.- Bueno, ya es hora de que este viejo se vaya a la cama y te
sugiero que tú hagas lo mismo.- Dijo comenzando a caminar. A Elii le
llamó la atención que al pasar junto a su escritorio, su abuelo
depositó algo en él y antes de que este saliera del cuarto, le
guiñó un ojo.
Eli
se puso de pie como un resorte y se acercó al escritorio, pero antes
de poder ver de que se trababa, sintió como algo golpeaba a la
ventana.
-"Pero
si estoy en el segundo piso"- pensó Eli extrañada.
La
castaña abrió el ventanal de par en par y salió al balcón para
luego mirar para todos los lados, sin encontrara a alguien.
-Hey!-
susurraba alguien desde abajo. Eli se asomó y se sorprendió de ver
a Kimiko.- Tu abuelo ya te dio el pasaje?
-Pasaje?
Qué pasaje?- preguntó la chica sin comprender.
-El
que te debió dar.- dijo Kimiko algo fastidiada.- Vamos, apúrate,
que no sé cuanto tiempo tengamos hasta que llegue tu abuela,
Eli
la miraba extrañada. Que acaso esa chica se había vuelto finalmente
loca? Pero luego pensó en lo que su abuelo le había dejado en el
escritorio y corrió adentro para comprobarlo. Sobre la mesa había
un pasaje para nada más ni nada menos que para ir a la isla Licotte.
Eli estaba que no lo creía. Acaso su abuelo la estaba ayudando a
huir? La chica miró en todas direcciones en musca de su maleta y se
sorprendió de encontrar a sus dos primos con ella.
-Pero
qué..?- preguntó la chica con una sonrisa.
-Lo
planeamos todo con el abuelo.- explicó Leo.
-Nos
hemos dado la libertad de hacer tu maleta, cosa que no fue fácil,
porque la única oportunidad que tuvimos fue cuando saliste a caminar
al estanque.- dijo Diego con un deje de fastidio. Eli sonrió y fue a
abrazarlos a ambos.- Son los mejores primos del mundo.
-Lo
sabemos.- dijeron ambos al mismo tiempo.
-Vamos,
no hay mucho tiempo. Kim ya tiene 18, ella te llevará al
aeropuerto.- dijo Leo mirando la hora en su celular.
Eli
fue corriendo de vuelta en musca de su mochila. Metió en ella unos
cuantos libros, su portatil y los objetos personales que encontró,
como su diario y album de fotos. Leo y Diego la ayudaron a bajar sus
cosas y meterlas al auto de Kim, o mejor dicho, al auto de su abuelo,
el anciano les había prestado el vehículo. Eli aun llevaba el
uniforme del instituto puesto, pero no había tiempo para cambiarse.
-Alguna
vez te he dicho que adoro a su abuelo?- preguntó Kimiko divertida ya
en el volante con la ventanilla baja para poder hablar con los dos
muchachos. Eli ya iba sentada a su lado.
-Creo
que lo has echo una... o mil veces en estas ultimas dos semanas.-
dijo Diego.
-Ya,
vayanse antes de que llegue la vie... digo la abuela.- dijo Leo. A lo
lejos se podía ver la luz de un vehículo.- YA!
Kimiko
subió la ventanilla y arrancó el auto. Elii le pegó una ultima
mirada a la casa y desde la ventana del estudio de su abuelo se podía
ver al anciano mirarla con una sonrisa. La castaña no pudo evitar
dejar escapar una lagrima. Luego miró a Kimiko y se incomodó un
poco.
-Por
que haces esto?- preguntó Eli.
-Hacer
que?
-Esto.
Después de lo que te hizo mi hermano...
-Tú
no tienes nada que ver en que Nakata y yo rompiéramos. Él se iba a
la universidad y terminó conmigo, eso es todo.- dijo despreocupada,
pero Eli sabía que la historia no era así de simple.
Nakata
y Kimiko había sido novios cuando este estaba aun en el instituto.
Era la pareja más conocida en todo el instituto, pero no todo
pintaba tanto de color de rosa como parecía. Nakata y Kim, bueno,
tenía bastantes cosas en común, pero solían pelear mucho y estar
muchas veces en desacuerdo. Cuando su hermano se graduó se dio
cuenta de que de verdad no sentía nada especial con Kimiko y lo
llevaba sabiendo de un tiempo, pero no se atrevió a terminar con
ella por miedo a herirla. Finalmente le dijo lo que pensaba y
terminaron, cosa que a Kim nunca le gustó mucho, pero no había nada
que hacerle.
-Ahí
está el aeropuerto.- dijo Kimiko sacando a Eli de sus pensamientos.
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