Querido
Jude:
Todavía
está muy presente en mi cabeza el día en el que te conocí hace ya
2 años. Era una fría mañana de invierno y mis padres me llevaban
al colegio. Las primeras horas se me hicieron insoportables. Odiaba
el invierno. Hacía mucho frío. Salimos al recreo. El patio estaba
lleno de nieve y de guerras de bolas de nieve por doquier. Me senté
en un solitario banco a merendar. Mi madre me había hecho un rico
bocadillo de jamón. Tan distraída como estaba no me di cuenta de
que un niño con malas pulgas se me acercaba. Ese niño me sacó el
bocadillo de las manos de un tirón y me tiró al suelo para sentarse
él en el banco . Me hice daño y empecé a llorar. El niño se rió
y empezó a devorar mi bocadillo. Me levanté del suelo y le dije que
me diera mi bocadillo enfadada ya sin llorar. Él se rió y me
preguntó con suficiencia si yo le iba a obligar. Entonces antes de
que le pudiese contestar le dijiste que tú sí le ibas a obligar.
Eras una minucia en comparación. Te pusiste entre él y yo. Él otro
molesto se levantó y empezasteis a pelearos. Por mi recibiste
bastantes golpes, aunque tú también le llegaste a dar. El niño se
fue después de que cayeras al suelo. Ya no me preocupé por el
bocadillo ni por ese bruto. Me arrodillé en el suelo junto a ti y te
pregunté preocupada si estabas bien. Te sentaste tocándote la
frente y te quejaste por el dolor pero me contestaste que estabas
bien. Preocupado por mi me preguntaste si yo estaba bien. Yo sonreí
y te contesté que sí. Te cogí de la mano y te ayudé a levantarte.
Me pediste perdón por mi bocadillo ya que no se lo conseguiste
quitar. Yo le resté importancia y juntos empezamos a jugar con la
nieve. Ese gesto que tuviste conmigo fue lo que más me gustó de ti.
Con el paso del tiempo nos hicimos amigos y nos conocimos mejor.
Compartiste conmigo la tristeza que te causó la muerte de tus
padres. Acabó el colegio y empezó el instituto. En esos años
creció en mi pecho un sentimiento profundo y sincero. No sabía que
era, pero mi madre me dijo que era amor aunque no le hice mucho caso.
Cuando estábamos en el instituto desapareciste por unos meses para
luchar contra el Instituto Alius . No te voy a mentir tu partida me
causó mucha tristeza. No podía dormir por la preocupación de si
estabas bien o no y en clase no me concentraba nada. Volviste
habiendo ganado a la Academia Alius y me hiciste la chica más feliz
del mundo. Te vi entre la gente que bajaba del tren y te llamé a
gritos. Tu te acercaste corriendo y me saludaste mientras me
abrazabas. Yo pensando que no me oías susurré contra tu pecho que
te había echado de menos., pero para mi sorpresa me escuchaste. Me
dijiste que tu también y separándome de ti me dijiste que me
querías más que nada en el mundo. Me sonrojé y me preguntaste si
quería ser tu novia. A mí en ese momento se me olvidó respirar,
pero cuando registré tus palabras, te besé como siempre había
querido hacerlo. Tú correspondiste a mi beso de buena gana. Pasaron
unos meses y te vuelves a ir, pera jugar el mundial. Me pongo triste,
pero tú me prometes que volverás con el trofeo. Te sonrío y tú me
das un beso de despedida. Te veo subir al tren que te llevará con
tus amigos. Me despido de ti y una lágrima me recorre la mejilla.
Pero sé que volverás y yo te estaré esperando, porque te amo con
toda mi alma.
Espero que os aya gustado
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